Internet como escaparate de ‘freakys’ y excéntricos

Está claro: Internet es el invento del siglo XXI,  desde cualquier punto de vista que se considere o se enfoque. Personalmente, bajo mi humilde opinión, tras la invención de la rueda, la red de redes es el invento más transcendente para la humanidad.

Desde un punto de vista filosófico-cognitivo-coñazo, el concepto teórico de ‘Aldea Global’, no sería posible sin este valioso invento. Además, ha creado toda una corriente de pensamiento alrededor de sus ventajas e inconvenientes, así como sus posibles usos altruistas y solidarios. Para quien quiera más información al respecto, búsquese en google la palabra “Negroponte”. Sus teorías, no dejan de ser una valiosa esperanza, aunque de dudosa eficacia y puesta en marcha.

Desde otro punto de vista más mundano y coloquial, mi amigo Felipe, carismático buscador y encontrador de “frikadas” en la red, obsequia a todos los miembros de su libreta de contactos con lo más destacado que encuentra por ahí. Envía de todo, evidentemente todo legal: desde curiosidades sexuales, videos de tortazos y accidentes de esos que te mueres de la risa, extractos de audio provenientes de emisoras de radio en todo el mundo y noticias curiosas en sí.

Estas últimas, de contenido en general bastante cómico, consiguen elevar mi autoestima, pues me doy cuenta de que si yo soy raro, el mundo está lleno de gente mucho peor que yo. Y amén de comparaciones, me hace darme cuenta de que la especie humana es carismática y cómica por definición, pues ciertas cosas que leo, se escapan a los límites de mi imaginación.

Como todas las mañanas, nada más comenzar mi jornada laboral, abro mi cuenta de correo. Y como no, Felipe me ha escrito; cuando eso sucede, no puedo evitar una curiosa sensación, parecida a cuando un niño pequeño le entregan un lindo paquete como regalo de cumpleaños. El tierno infante, ávido de emoción y curiosidad, deja todo lo que tiene entre manos para abrir ese preciado obsequio.

Como ya he descrito, al ver su nombre en la bandeja de entrada de mi jotmeil, actué como un niño ante una caja envuelta con papel de Toys ´R ´Us. Esta mañana tocaba mi género favorito: noticias “freakys”. La primera dice así: “Un joven lleva siete días con una erección yo no descartan operarle si no responde al tratamiento”. Evidentemente, se hizo un revuelto de Viagra, aderezado con otras sustancias; pobre ignorante: “se ve que su padre no le enseñó a buscar espárragos trigueros”, pensé yo. No pude evitar elucubrar qué haría yo si eso me sucediera. En caso de no tener pareja, creo que llamaría a las últimas EX´s para que me visitaran en mi casa, y así, desterrar definitivamente cualquier atisbo de disfunción sexual. Pero como tengo pareja estable, supongo que mi señora se encargaría de pedir mi baja laborar por su cuenta y riesgo (por si la chica de recepción me pusiera “ojitos”), y asimismo, llamar al Record Guinnes. Y si encima le dijera que todo es por pensar en ella, seguro que esta vez acepta casarse conmigo.

Otro titular afirma que “Una señora de 68 años se ha casado 23 veces sin repetir pareja”. Esta “información”, realmente me hizo sentir mal. Ahora me arrepiento cuando yo llamo promiscuo a mi amigo Agustín, cercano a los 40, porque cada le veo tomando copas, está con una diferente. A la vista de esto, este amigo mío es un santo, porque de vez en cuando repite chica, alguna incluso hasta me la ha presentado. Además, no ha pasado por el altar jamás ni ha convivido con ninguna. Y si encima, por tema de comparaciones, vemos que aún no llega a los cuarenta, todo puede ser achacable a los desvaríos de juventud.

Más adelante, otra curiosidad habla de una marca de cerveza, cuyo botellín cuesta sólo 270 euros. Me imaginé qué sucedería si dicha bebida la sirvieran en El Mercantil. “Guapaaaaa, ponme una birra baratilla de esas….perdona, ¿tienes cambio de 500 euros?” A lo que la camarera del bar responde “Sí, pero si me lo das en moneda mejor, que ando escasa de cambio…oye, ¿te la pongo en vaso de tubo?” Y yo finalmente respondo: “No, bebo a morro, que si la echas en vaso, seguro que algo se queda en el botellín”. Además, otra duda trascendental incomoda mi intelecto: si bebes esa cerveza, ¿Seguiría siendo de mala educación eructar justo después? (jirutá, según mi amigo Quique).

Por último, destacada entre las demás, una frase aseguraba que un peluquero francés había hecho unos peinados para un pase de modelos a base de ratas y ratones muertos. La verdad, es que al leer y releer eso varias veces, no le vi la curiosidad, matiz jocoso ni sorprendente por ningún sitio. No hace mucho, un amigo me invitó a salir con él y sus amigos una noche; prometieron llevarme a los peores sitios de Badajoz. He de decir que mi buen amigo se quedó escueto en su advertencia, pues doy fe que tuve que entrar en lo peor que he visto en mi vida, y eso que tengo ya mucho a mis espaldas.

En uno de esos “locales”, las personas que allí estaban, camareros incluidos, no es que tuvieran ratas y ratones vivos en su pelo: tenían un rico ecosistema lleno de flora y fauna en sus “melenas”; seguramente, si me apuran y hubiese rebuscado con guantes asépticos y totalmente impermeables, hubiera encontrado hasta el pez de la primera comunión, una iguana sudamericana y una plantación de brócoli.

Queridos conciudadanos; desde esta tribuna que presido, expreso mi pública admiración por freakys, excéntricos, y demás personajillos de la vida pública y privada. Estos ilustres individuos no cejan en su intento de hacernos ver a cualquier ciudadano mediocre que cualquiera de nuestras manías o trapos sucios se quedan “en nada” al lado de sus loables proezas. Así mismo, agradezco la existencia de Internet y de los que diariamente mandan cientos de emails con curiosidades de ese tipo o de cualquier otro: ambas cosas consiguen que este planeta sea un lugar realmente curioso divertido donde vivir.