14 Noviembre 2022 | 14:04 - Redacción
El poeta vallisoletano José González ha comenzado la gira de presentación de su nuevo proyecto poético -musical “La Constante” , de nuevo y van tres veces, en la Casa de la Cultura “Adolfo Suárez” de Fuente del Maestre (Badajoz). Su “segundo hogar , donde tengo amigos que son como familia” , y lo hizo mano a mano con el cantautor fontanés Carlos Suárez, con el que mantiene una larga relación personal y una muy evidente complicidad artística.
C. Suárez es como el complemento perfecto o “alter ego” de la poesía y las letras que le ofrece J. González ( a veces también, hay letras a cuatro manos) , además de hacerle el acompañamiento musical en buena parte del recitado del mismo. También colaboró en el acto otro músico local, el acordeonista José Miguel Vicente. Todo al servicio de un poemario acompañado de un código QR , “donde hay canciones y material inédito, y desde el que espero que el proyecto siga creciendo”.
Sobre La Constante, comentaría su autor: “ La constante, como explico en el libro y en mis redes, es esa energía que debe movernos siempre a mejorar nosotros, y a intentar hacer un mundo mejor. Es una palanca de cambio permanente, es la poesía como motor de transformación social y personal, la poesía como grito”.
“ Mi pretensión, en este proceso de escritura, ha sido no hacer un libro que cuando lo terminas lo depositas en la estantería y ya está. Yo quiero que éste sea un libro al que el lector siempre quiera volver en algún momento de su vida, un libro que al menos nos arañe por dentro”.
Un objetivo que González consigue con un buen puñado de poemas en los que aborda temas como la muerte durante la pandemia de tantos mayores solos en los hospitales, con su consiguiente décima en homenaje a los sanitarios, “a los que tanto aplaudimos y de los que nadie parece acordarse ahora”; poemas sobre la crueldad de las guerras, sobre “los niños inocentes que en los cerros de El Salvador se esconden para no ser convertidos en niños soldados”, sobre el drama permanente de los refugiados , sobre su propia “pandemia interior” , el acecho de la depresión en forma de sombra que no se quiere ver, pero que hace que uno pueda exiliarse de uno mismo ...
José González tiene una mirada vallejiana, sensible y comprometida con el mundo que nos ha tocado vivir. No en vano, trabaja ayudando a personas sin hogar , y como cooperante en lugares donde hay conflictos armados, donde late con dureza la cara más terrible de la deshumanización: “ Cuando estalla una guerra siento que es como si nos nos nos afectara, como si ocurriera en un lugar muy alejado… Pero deberíamos rebelarnos, gritar al menos. Cada guerra es un fracaso de la humanidad”.
Su voz es puro compromiso que traspasa todo lo que escribe y le traspasa a él como ser humano inevitablemente vulnerable, al que no le importa compartir su fragilidad con los demás con tal de hacerle reflexionar sobre qué estamos haciendo con nuestras vidas, con la vida.
La introducción del acto corrió a cargo del filólogo de Fuente del Maestre David Zambrano: “ La constante es fuego, luz, llama… Todo el poemario está lleno de luz, pero también hay poemas escritos desde la tibieza, con poemas que brillan como velas a las que , de repente, un viento apaga para quedarnos a oscuras. José González mezcla sabiamente décimas y poemas de corte clásico con poemas en verso libre, pero nada es al alzar. Fondo y forma contribuyen a construir un mensaje que no te deja indiferente. Todo el libro mantiene al lector en un vaivén de emociones y tiene un cierre perfecto. “
Un cierre en el que el vallisoletano alude al “viento sur”, el que dará título al próximo proyecto en el que está trabajando ya, y que espera volver a estrenar ante el público ya familiar de La Fuente.
En definitiva, un acto intimista y brillante que ha sido posible gracias a la biblioteca municipal “Gómez – Sara” y su coordinador Juan Carlos Arévalo, y a la colaboración de la Concejalía de Cultura del Ayuntamiento fontanés.
