Podemos exige al ayuntamiento más control de los vertederos ilegales en la ciudad y la limpieza urgente de las zonas afectadas

La formación morada muestra su preocupación ante la proliferación de vertederos descontrolados en varios puntos de la ciudad y se suma a la queja vecinal de barrios como las Vaguadas y La Banasta ante la inacción del alcalde, Ignacio Gragera, y el concejal delegado de Limpieza, Alejandro Vélez.

Desde Podemos califican de claro ejemplo de mala gestión, del actual equipo de gobierno del ayuntamiento, la dejadez que sufren los alrededores de la carretera que une La Banasta con Las Vaguadas. Esta carretera, que es vía de tránsito para muchas personas, además de no contar con un acerado para garantizar su seguridad, se ha convertido en un vertedero sin ningún tipo de control, en el que se pueden encontrar todo tipo de residuos, como neumáticos, cubos de pintura, colchones o electrodomésticos.

Esta situación se repite en más zonas de la ciudad, como el Parque Municipal Tres Arroyos, donde el abandono por parte del Ayuntamiento también es notorio. Es habitual encontrar basuras y residuos acumulados porque no se procede a su retirada, los viales para vehículos y sendas peatonales están impracticables, el área de circuitos y equipamientos deportivos totalmente abandonados al paso del tiempo y los equipamientos ambientales y recreativos, destinados al uso público como miradores, merenderos, bancos o juegos infantiles, están inutilizables debido a la falta de mantenimiento y limpieza.

Para Podemos no es admisible la situación de insalubridad y peligro medio ambiental en la que se encuentran estas y otras zonas de Badajoz. Situación que se va agravando con la subida de las temperaturas. Consideran que este absoluto estado de abandono genera unos riesgos que ponen en peligro la pervivencia de nuestras zonas verdes y nuestra salud y denota la ausencia de políticas y actuaciones de cuidado y protección medioambiental.

Esta organización política, considera que urge, y es necesario, cambiar este modelo de ciudad anquilosado en años de desgobierno, para poder mantener espacios públicos seguros, especialmente los espacios verdes, óptimos para el ocio saludable de las personas y respetuosos con nuestro patrimonio medioambiental.