Carnaval para todos

Como cada año, afrontamos el Carnaval conscientes de la responsabilidad que tenemos todos (me refiero a los ciudadanos de Badajoz, además de instituciones, empresas y colectivos) por hacer que la fiesta más importante de la ciudad, la primera de ellas, la más participativa y la que forma parte ya de nuestra identidad, se supere a sí misma. No es fácil el empeño porque hay quienes abandonan en el camino cansados por la edad, por la falta de ganas, entusiasmo, voluntad, tiempo o recursos. Hay, también, quienes se van retirando porque consideran que deben dejar paso a otras generaciones más jóvenes o a otros con ideas más frescas. Quienes esto hacen acaban por regresar a la fiesta. Porque el Carnaval, el Carnaval de Badajoz, tiene eso: es una fiesta que nos puede dejar derrotados, que nos puede abandonar a la melancolía, a la nostalgia de tiempos mejores (suele suceder que los tiempos pasados son casi siempre mejores) pero, segundos más tarde (o días, o semanas, pero no mucho más) nos vuelve locos y nos entregamos a una juerga que no tiene igual.

Cada año tenemos un reto complicado: superarnos como ciudad en la organización y celebración de una fiesta que es identidad y bandera pero, más que nada, es la muestra palpable de que Badajoz es una ciudad viva, dinámica, abierta, divertida y con mucho, muchísimo, ingenio. El ingenio, la dedicación, el esfuerzo, de murgas y comparsas, de particulares y grupos, de cuasi profesionales y empedernidos aficionados, incluso de acérrimos defensores y obcecados detractores. Todos, para bien y para mal, pertenecen a la fiesta como pertenecen a Badajoz y todos, por tanto, pueden ser, de hecho lo son, carnavaleros, (porque carnavalero es tanto el que actúa como el que desfila, el que se disfraza como el que participa sin hacerlo, el que sueña con estas fechas como el que le dan igual las fechas pero, al fin y al cabo, termina por salir a la calle y vivir el Carnaval) extraña denominación por ahí fuera pero común en nuestro entorno que define a las gentes del Carnaval y del Carnaval que no hacen distingos, que a todos reciben, que son capaces de dibujar en el escenario de nuestra ciudad una fiesta diferente, saliendo a la calle, poniéndose cualquier disfraz o participando de manera grupal en cualquiera de las manifestaciones que con tanto éxito se organizan en la ciudad.

De todos es sabido que la murga y la comparsa (años atrás, también el coro), junto con el artefacto y el espontáneo, son el motor de la fiesta, quienes tiran del carro pero, junto a ellos, toda una ciudad sabe valorar su esfuerzo y participar activamente del entusiasmo comunitario. El bien de la fiesta es valor añadido para Badajoz. Y en ese objetivo por hacer de Carnaval de Badajoz un Carnaval más grande y más completo y más necesario cada año, es ese propósito, decía, estamos todos, a todos nos incumbe. Así, pues, que sea un año más Badajoz ciudad de Carnaval. Que el disfraz tome las calles, que las coplillas resuenen por las esquinas y que los tambores nos mantengan despiertos y vivos durante la fiesta.